lunes, 29 de octubre de 2012

La falacia de la formación dual


No paro de leer (cual moda), que el modelo de formación en alternancia suizo y en especial el alemán, son la solución al paro juvenil. 

Es cierto en el Estado este paro se sitúa en el 53% (décima más o menos), mientras que en estos países no llega al 10%. Me pregunto si no se trata de una campaña de marketing de estos países para vendernos las bondades de sus sistemas en busca de mano de obra cualificada que emigre hacia allí.

No cabe duda, que la alternancia entre estudios y trabajo, o incluso las practicas a lo largo de los estudios, permiten al alumnos "pisar moqueta" como comentaba el Director de RR.HH de una empresa irunesa a la que acudí con alumnos de 1º de GADE a principios de curso.
Permite a los alumnos adquirir una serie de competencias, no sólo técnicas sino las tan manidas transversales (trabajo en equipo, resolución de problemas, comunicación efectiva y añadid las que consideréis al gusto). Además, y en los casos en los que existe remuneración proporciona a los alumnos y sus familias una forma de financiar los estudios. Podría añadir una larga lista de bondades y algunas maldades (utilización de los alumnos para lograr mano de obra barata, por ejemplo).

Me atrevo incluso a afirmar, que creo a pies juntillas en que los alumnos que compaginan estancias en las empresas con su formación teórica en las aulas, terminan su formación con una mejor preparación y con más posibilidades de encajar posteriormente en un empleo.
Sin embargo, me parece muy osado, si no una mentira intencionada, el vincular la formación en alternancia (el modelo dual alemán es tan solo una de las posibilidades) a una mayor tasa de empleo juvenil. Pensar que esto es así es como decir que la economía (en este caso las empresas), es capaz de absorber toda la mano de obra cualificada que salga al mercado laboral. Es olvidar que la contratación depende de la actividad económica y que en épocas de vacas gordas, sin formación dual, las empresas no sólo contrataban prácticamente al 100% de los titulados, sino que estos eran contratados antes de terminar sus estudios.Pero es que en esas épocas, ¡los no titulados también tenían trabajo!

Ahora lamentablemente, y pese a las "señales esperanzadoras" (nuevo eufemismo para los brotes verdes) que (sólo) ve la Ministra de Empleo y Seguridad, Fátima Bañez, las empresas no pueden contratar. Y no es porque no exista mano de obra cualificada, ¡¡¡sino por falta de actividad!!! 
Desde luego, e insisto, creo que una educación en alternancia, tanto en la FP como en la Universidad, proporciona a los alumnos una mejor formación, tanto en el ámbito técnico como en el desarrollo personal. Pero no confundamos el tocino y la velocidad. Que una cosa es que nuestros jóvenes puedan estar mejor formados y otra que la situación económica permita en estos momentos alcanzar una tasa de desempleo juvenil del 20% (ni siquiera hablo del 10%) por el hecho de implantar el modelo dual alemán sin generar actividad económica.

¿Qué cómo generamos actividad económica y conseguimos empresas mas competitivas? Eso, lo dejamos para otro día.



lunes, 1 de octubre de 2012

De protestas, luchas y huelgas


Esta semana pasada ha sido bastante convulsa por "los madriles", #25S, y los días posteriores, están poniendo a la capital del reino en el punto de mira de los medios de comunicación nacional e internacional.

En Euskadi (Vascongadas que dirían algunos), estaba convocada una Huelga General el miércoles #26S. Más allá de las valoraciones de éxito (según los convocantes) o fracaso (según la patronal) quería hacer algunas reflexiones.

He de decir, que por primera vez que recuerde no he tenido claro la oportunidad de una huelga "obrera". Hecho, que por otro lado ha provocado que alguna amiga se enfade terriblemente conmigo.
Me explico: Además del hecho de que esta ha sido convocada sólo por algunos sindicatos y no por el total (también es cierto que CC.OO y UGT, ¡están totalmente desaparecidos!), no sé si las razones para convocar una huelga en la actualidad tienen que estar dirigidas hacia los empresarios.
Y es que en muchos casos, tenemos la visión del empresario como una persona gorda, con sombrero de copa y frac, encendiéndose los puros con billetes de 500€. Olvidamos, que el 95% del empleo se da en PYMES y que empresarios son también aquellos autónomos que simplemente se autoemplean.Pero esa discusión la dejamos para otro día.
A lo que me refiero es, que si lo que se quiere es presionar a un gobierno, ¿no será mejor acorralar (pacíficamente) el congreso y demás instituciones que (sólo) dejar de ir a trabajar? Nadie me puede negar que tiene mucho más impacto a nivel internacional las movilizaciones de Madrid que la Huelga en Euskadi, y que como medio de presión al Gobierno (Español o Vasco) es mucho mas efectiva.
Y es que, en muchos casos, el trabajo no realizado ese día por la persona que hace huelga lo tendrá que recuperar, ya que nadie le va a quitar “los papeles” de encima de la mesa. En ese caso, ¿cuál es la presión que se le realiza a la empresa? ¡Incluso sale beneficiada! Ya que consigue que se haga el mismo trabajo, pero se ahorra los sueldos y costes salariales de un día entero (lo que puede suponer más del 3% de ahorro de coste salarial de ese mes).
La huelga es un derecho por el que miles de trabajadores han muerto, por lo que guardémosle el respeto que se merece. 
Los trabajadores tenemos un derecho que tenemos que utilizar inteligentemente, para presionar cuando haga falta, no para justificar el papel de unos sindicatos que se están viendo desubicados y que luchan mas por mantener los privilegios de sus afiliados que por la búsqueda de soluciones para la generación de empleo.
Son momentos de lucha, de salir a la calle: recortes en nuestros derechos, tasas de paro inaceptables, ayudas a los bancos, y puede que no sea más que el principio… Pero hagámoslo con inteligencia, es hora de ser eficaces y no efectistas.

p.d. dedicado a M.P.A.